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EL CLICK QUE PODRÍA CAMBIAR LA FORMA DE VOTAR EN EL PERÚ

El próximo año, parte del electorado estrenará un sistema digital para elegir autoridades. Una innovación que busca modernizar las elecciones y poner a prueba la confianza en la tecnología.

En las elecciones presidenciales de 2026, algunos ciudadanos podrán sufragar sin acudir a una mesa electoral.
Por primera vez en unos comicios generales, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) habilitará un sistema de sufragio remoto, al que denomina “voto digital”.


La medida abre un debate sobre accesibilidad, seguridad y confianza en el proceso electoral en un país marcado por la desinformación y la desconfianza hacia las instituciones.


No se trata de una modalidad abierta a todos los ciudadanos. Según la ONPE, el voto digital estará restringido a 11 grupos específicos: personal de las Fuerzas Armadas y de la Policía en actividad, militares en retiro, trabajadores de salud públicos y privados, bomberos voluntarios, agentes penitenciarios, funcionarios de la ONPE, el Jurado Nacional de Elecciones y Reniec, además de Migraciones, Cancillería, Defensoría del Pueblo, personas con discapacidad registradas en el Conadis y residentes en el centro histórico de Lima.


También se incluirá a los peruanos que viven en el extranjero, quienes en esta ocasión podrán sufragar sin necesidad de acudir a un consulado.

UN PROCESO CONDICIONADO

La innovación, sin embargo, no es tan simple como descargar una aplicación y votar desde la cama. Para registrarse, los ciudadanos deberán cumplir cinco requisitos: poseer un DNI electrónico vigente hasta el 8 de junio de 2026, contar con la clave personal de acceso al documento, tener un lector de DNI o un celular con tecnología NFC, disponer de conexión a internet estable y un correo electrónico activo.


El registro se abrirá 15 días después del cierre del padrón electoral. “No habrá registros extemporáneos en ninguna circunstancia”, advirtió Julio Sánchez, vocero de la ONPE. El mensaje apunta a la necesidad de preparar con tiempo un proceso que, por novedad, exigirá una curva de aprendizaje tanto para usuarios como para las autoridades.

OPORTUNIDADES Y DUDAS

El voto digital se presenta como un intento de modernizar el sistema electoral peruano y facilitar la participación de colectivos con barreras de acceso, como las personas con discapacidad o los ciudadanos en el extranjero. Sin embargo, según fuentes de La Caja Negra, también despierta dudas sobre la seguridad tecnológica y la posible exclusión de votantes que carecen de dispositivos adecuados en conocimientos digitales.A menos de un año de las elecciones, en las que se prevé el mayor número de candidatos de la historia en el país, el nuevo sistema digital añade una capa de complejidad a un escenario ya marcado por la polarización política. La pregunta es si el voto digital logrará reforzar la confianza ciudadana o si, como en otros intentos de innovación, se verá ensombrecido por la desconfianza y la falta de preparación.
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